5.2 FUNCIÓN APELATIVA Y EMOTIVA

En bloques anteriores nos dimos cuenta de que el lenguaje cumple  diferentes funciones de acuerdo con las necesidades e intenciones de los hablantes y que difícilmente se encuentran  aisladas, pues en los distintos procesos de comunicación que se dan cotidianamente se mezclan dos o más, sin embargo, siempre hay una que prevalece. Vamos a recordarlas:
·         Referencial: es propia de los textos expositivos. Se hace presente cuando se da una información que no se debe prestar a confusiones, por ejemplo:
«Las lenguas cambian de continuo, y lo hacen de modo especial en su componente léxico. Por ello los diccionarios nunca están terminados: son una obra viva que se esfuerza en reflejar la evolución registrando nuevas formas y atendiendo a las mutaciones de significado»
Real Academia Española. (2011, 8 de marzo) Diccionario de la lengua española. (22a ed.) (En línea) Recuperado en http://buscon.rae.es/drael/

·         Metalingüística: se llama así la función que se refiere al estudio de la propia lengua, por ejemplo, cuando estudiamos las palabras homófonas, antónimas, sinónimas, etc., cuando consultamos un diccionario o cuando analizamos las partes de una oración. Ejemplo:
·         Fática: se refiere a las expresiones en las que no hay una comunicación amplia, sino que ponen en contacto de manera breve por determinadas necesidades al enunciador y al enunciatario, entre ellas encontramos las siguientes: hola, adiós, ¿cuál es el precio del pantalón?
·         Poética o literaria: la encontramos en los textos o manifestaciones verbales cuya principal intención es dejar al descubierto las emociones personales y provocar las mismas en el enunciatario.

Es propia de los poemas, las canciones y todas aquellas expresiones en las que para el enunciador es más importante la belleza con que se comunica que el mensaje mismo. Ejemplo:
«soy el cantor de América autóctono y salvaje:
Mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.
Mi verso no se mece colgado de un ramaje con
Vaivén pausado de hamaca tropical…»
Santos Choscano, J. «Blasón»

Función apelativa o conativa
Se centra en el receptor o enunciatario, se hace uso de ella cuando el objetivo es provocar  un efecto en él, ya sea mediante una respuesta oral, una reacción inmediata o un cambio de mentalidad, por lo que es propia de las relaciones cotidianas e importantes en la publicidad, los discursos políticos, las arengas religiosas y los mensajes con los que se pretende convencer a una persona o a toda una sociedad sobre la pertinencia de un cambio de mentalidad o de conducta. Sus recursos lingüísticos son las oraciones interrogativas e imperativas, así como los vocativos y las expresiones con mensajes a veces subliminales de convencimiento. Esta función también se denomina conativa o persuasiva. Ejemplo:
Para que las generaciones posteriores tengan agua suficiente para conservar la vida, es necesario que todos cuidemos este importante recurso, evitando el desperdicio y la contaminación.

Emotiva o expresiva

Mediante esta función el emisor externa sus emociones, sensaciones o estados de ánimo en los que se encuentra en el momento de la comunicación. Utiliza sobre todo los enunciados exclamativos y la primera persona del singular. Ejemplos:
¡Qué gusto me da verte!
¡Bravo, equipo! ¡Vamos ganando!


Cuida las cualidades que debe reunir


Para una excelente lectura de auditorio
Alístate para ser un buen lector de auditorio. Como sabes, algunos rasgos como dicción, voz, fluidez y entonación, son condiciones indispensables para que el mensaje llegue con claridad a todas las personas que te escuchan. En seguida, apreciaremos otros factores, que si los tomas en cuenta, te harán un gran lector para ser escuchado por un público que puede estar conformado por tus compañeros u otras personas.

·         Valor comunicativo: se refiere al tratamiento que le corresponde de acuerdo con el tipo de texto que se trate; esto es, porque no se debe leer igual un escrito científico que uno poético, ya que los mensajes y las formas en que se encuentran elaborados son muy diferentes. Un texto científico  debe leerse con toda la claridad posible y la seriedad que merece el tema, logrando el interés del auditorio en el asunto que trata, en tanto que al texto literario se deben imprimir emociones y despertarlas en quienes escuchan.
·         Énfasis: no solo se trata de las inflexiones de voz de acuerdo con la puntuación, sobre todo cuando hay signos de admiración o de interrogación, sino al subrayar con la pronunciación más precisa las partes que nos parecen más importantes en cualquier tipo de texto.
·         Interacción con los escuchas: esto se logra a través de la vista, por lo que hay que procurar que el rostro del lector no quede escondido tras el texto y levantar la mirada hacia el público para observar las reacciones.
·         Velocidad: no todo el escrito se debe leer con la misma rapidez, ya que esto depende también de los momentos del mismo. Algunas veces es necesario imprimir mayor velocidad en la lectura, y otras, hablar más lentamente. Esto se logra adentrándose en el contenido y sintiendo el mensaje. Este rasgo, aunado a las inflexiones de voz, logran que la lectura sea más amena y atractiva evitando la monotonía.


Las características de los textos personales:
Externas e internas.

Además del predominio de las funciones expresiva y apelativa en los escritos que estamos analizando, existen otras características que los hacen diferentes a otros.
Los escritos de carácter personal poseen características externas e internas. Las primeras se refieren a lo superficial, lo que notas al deslizar la vista sobre ellos.
Las internas son observables cuando nos adentramos en el texto e interactuamos con él. Vamos a conocerlas.

Externas:
·         Estructura viable.  Se refiere a que el autor de un texto personal posee la libertad de organizar sus ideas como le plazca, es decir, puede hacerlo en verso, en prosa, dividido en párrafos o como lo juzgue conveniente.
·         Extensión libre, que va desde una simple línea hasta ocupar varias páginas: esto depende del tipo de texto que se trate, la intención y necesidad de quien lo realiza y el contexto en que se da; por ejemplo, si alguien escribe su autobiografía puede ser que resulte un texto amplio, pero si redacta una carta seguramente será de una cuartilla, y si se trata de un mensaje por correo electrónico o por teléfono celular será aun más breve.
·         Presentación y organización. Se refiere a la forma en que se encuentra distribuido el contenido, incluyendo la formalidad o ausencia de la misma. Esta cualidad nos permite distinguir a simple vista si se trata de un recado, una carta, un apunte, etc.
·         Imágenes adicionales, que pueden ser dibujos, subrayados, colores o cualquier otro estimulo visual que acompañe o refuerce el contenido y agregue sentido personal al escrito.
Internas:
·         Subjetividad, rasgo que tiene que ver con lo personal, lo íntimo y lo propio de cada individuo; refleja su manera de pensar, de sentir y de expresarse. Al leer se percibe el estado emocional, las necesidades, la cultura, el momento y las circunstancias que motivan la escritura, así como el tipo de lenguaje que utiliza el enunciador.
·         Lenguaje cotidiano. Generalmente estos textos se escriben en lenguaje coloquial, con presencia de expresiones connotativas: «estaba como boca de lobo» o «te vas a morir de la sorpresa»; sobre todo, en los mensajes enviados a familiares o personas muy allegadas a quien escribe, se puede decir que existe libertad en el uso del léxico al emplear palabras propias de acuerdo con su edad, condición o contexto; también es usual encontrar diminutivos, abreviaturas o palabras en clave.
·         Uso de la primera persona. Por la condición de lo subjetivo, es frecuente encontrar expresiones en primera persona: «te hablo más tarde», «necesito los informes».
·         Sintaxis simple. Se refiere a la forma en que se estructuran las oraciones; por lo general se hace de una manera simple, sin mayor complejidad ni rebuscamientos. Por ejemplo: «nos vemos a las cinco», «no faltes». Es necesario aclarar que eso también depende del enunciador, pues refleja su estilo.
·         Uso de prototipos textuales. Esto último se da porque puede haber narración y descripción. 






        







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